viernes, 1 de mayo de 2015

CuentaCuentos : "Los 12 Hermanos"

En esta práctica me he decantado por la técnica del cuenta cuentos ya que trabajar sobre un cuento folclórico me llamaba mas la atención que sobre literatura infantil de autor, además de que se me daba la ocasión perfecta para aprender un cuento folclórico que no conociese, alejándome de los más conocidos.
Buscando distintos cuentos de los hermanos Grimm saque como conclusión que iba a tener que adaptarlo un poco, pues todo lo que encontraba tenía ciertos contenido que no se ajustaban mucho para un niño de infantil. Cuando lei el cuento de los 12 hermanos me encanto, me recordo en cierto modo al cuento que nos contó Irune de los 7 bandoleros, y me gustó que la protagonista, en vez  dejarse llevar decide partir huir de su casa para enfrentarse al destino.
Además, para mí, la técnica del cuenta cuentos implica no solo aprenderse un cuento que luego vas a transmitir. Sino de una forma u otra lo haces tuyo. Y además me parece una técnica que desarrolla en nosotros esa habilidad de contar cuentos sin que estén delante, que hace que siempre saque de ti diferentes formas de expresar la historia. De esta forma elegí el cuento folclórico de los 12 hermanos, tenía que adaptarlo un poco para niños de entre 5-6 años pues en algunos aspectos la violencia era muy fuerte.  
La técnica del cuentacuentos exige que, al trabajarse sobre un texto folclórico, tengamos que memorizar el cuento, pues lo transmitiremos oralmente. Para aprenderme toda esta historia llevé a cabo un esquema donde los distintos actos de la historia quedaban reflejados a través de pequeños bocetos, de esta forma me sirvió para aprender en todo momento que punto iba detrás de otro. Fue así como, tras muchas repeticiones del cuento y dejándome guiar por el esquema memorice perfectamente la historia para contarla en la práctica. 

Llegó la hora de la práctica, y nos dirigimos al aula de música para dividirnos en grupos de tres, donde cada individuo contaría la historia que hubiese elegido con una de las tres técnicas.
Mi primer grupo se compuso por Laura, Roberto y yo. La que primero rompió el hielo fue Laura, contando el cuento de “No me quiero ir a dormir”  de Julie Sykes y Tim Warnes. Eligió la técnica de lectura del libro, lo hizo muy bien, adaptando una de las palabras que podía no ser conocida para la franja de edad que ella había elegido y contándolo con gran ternura, como si del momento de dormir se tratase. Roberto utilizó la técnica de la lectura con libro y eligió el libro de Camuñas, una pequeña bestia que no sabe muy bien quien es. Cuando pasó a ser mi turno conté el cuento de los 12 hermanos, siempre sin mirar el boceto e intentando recordar que sucedía, me pareció muchísimo mas complicado al tener que exponerlo aunque fuese a dos personas adultas que a mi mismo en el espejo. Entre los distintos apuntes que recibí del feedback de mis dos compañeros fue que no debía acelerar la historia en algunos puntos, ( apunte con el que estoy de acuerdo, ya que en algunos puntos me estresaba, o no encontraba la palabra adecuada y me liaba).







Cuando rotamos y conformamos nuevos grupos de tres yo tenía todo el rato presente en mi cabeza que no debía acelerarme ni enrocarme en una palabra que se me trabase en un momento dado. Este nuevo grupo lo compusimos Noelia, Gissella y yo. Esta vez comenzó Noelia con la técnica de la narración con libro, y eligió un libro muy bonito “En Busca del beso” de David Melling. Gissela eligió la técnica de la narración con libro, eligió el libro “Diferente” de Jerôme Le Lorze y Cloé Remiat. Las dos lo hicieron muy bien cada cual con su técnica y sobretodo Noelia hizo un gran trabajo con su forma de narrar la historia. Cuando pasó a ser mi turno cometí un fallo. Intentando corregir la critica que me había dado mi anterior grupo decidí correr menos a la hora de contar el cuento, y detenerme en algún aspecto. Pero me detuve bastante, ya que mis compañeras me devolvieron en el feedback que esta vez, tal vez había resultado monótono en algún punto del relato.




De esta forma y siguiendo con la metodología de esta práctica, volvimos a rotar los compañeros para formar el que sería el último grupo de del día. En esta ocasión el grupo lo conformamos Lucía, Marta De Pablo y yo. Armándome de valor decidí romper esta vez el hielo y comencé a contar de nuevo el cuento de los 12 hermanos, pero esta vez, atendiendo a que mi relato no fuese ni muy monótono ni a la vez muy fugaz. El feedback que me devolvieron mis compañeras esta vez, fue un poco mas positivo ya que, entre otras cosas Marta me dio una critica bastante constructiva resaltando puntos positivos de mi estrategia como la hora de hacer pausas, la adaptación oral o la oratoria. Pero también me devolvieron aspectos que tenía que mejorar como incluir durante el cuento algún punto de interactuar con los niños para que no perdiesen el hilo.

Posteriormente en este grupo, solo nos dio tiempo a escuchar a Marta de Pablo, que nos contó
(utilizando la técnica de narración con libro) el cuento “ Que es el amor “, un cuento muy recomendable y que Marta, gracias a que se lo había trabajado ( y se notaba) supo narrar de una forma muy armoniosa a la vez que nos mostraba las ilustraciones tan fantásticas que tenía.



Por último como conclusión quería resaltar el esfuerzo que se lleva a cabo al narrar, leer o contar un cuento. Y no solo a los niños, sino también a los adultos. Y este punto es un punto que en la práctica hemos podido experimentar. Cuando en mi casa contaba alto y fuerte el cuento que había elegido me sentía mucho mas seguro al estar yo delante de un espejo. Pero fue sentarnos en los grupos de tres y eso cambió. La dificultad ya no estaba solo en contar un cuento folclórico, sino en contar un cuento folclórico adaptado para niños de 5-6 años a adultos de 20 años. Este hecho es el que mas me hacia pensar y el que mas hacia que muchas veces me trabase. 
Además he podido experimentar que, al tratarse de un cuento folclórico que tenemos que recordar y no leer, cada vez que rotabamos de grupo yo lo contaba parecido, pero no igual. Obviamente mantenía todos los aspectos del cuento original, pero era muy difícil repetir todo igual que la primera vez. Aparte de que, gracias a los primeros dos feedback que me dieron mis compañeros, si que noté que la tercera vez que me enfrentaba a ello ya lo hacia con mucha mas soltura, y lo que al principio era una preocupación horrible por equivocarme o trabarme se tornó, poco a poco, en una relajación que me ayudo a contar el cuento mucho mejor. 
Creo que esta actividad nos ha ayudado a enfrentarnos por un lado a ese miedo escénico propiciado por contar un cuento delante de los compañeros. Por otro lado creo que el tener unos compañeros que te den el feedback ayuda mucho a la hora de resaltar aspecto que lo mismo uno no se da cuenta mientras narra, lee o cuenta un cuento.