domingo, 24 de febrero de 2019

Comunicación oral en el aula

En este primera entrada trataremos el tema de la expresión oral en clase, trabajándola a través de los diálogos que se puedan iniciar en el aula y utilizando esta posibilidad que nos brindan los diálogos para crear una situación donde todos los miembros que forman el grupo clase puedan expresar su opinión en libertad.
Para ello debíamos escoger un tema que pudiese resultar de interés para los niños o que resultase cercano a estos para que ellos puedan tener antes del dialogo unas ideas previas que quieran exponer. Habrá que tener en cuenta que en nuestro aula tendremos dos casos especiales de niños que se contraponen: por un lado el niño que siempre interrumpe y no respeta las normas de comunicación y por otro lado un niño tímido que le cuesta dar su opinión.
La clase que he escogido es Segundo de primaria, ya que es un curso cercano a mi ya que en mis prácticas y en mi trabajo diario suelo estar en contacto con niños de esta edad. El tema que he escogido son los “hábitos saludables” ya que en mi opinión resulta de vital importancia ir conformando en los niños de estas edades la idea del cuidado del cuerpo a través de una dieta saludable y el ejercicio alejándonos de practicas sedentarias que comprometen nuestro bienestar. No se trata de que crear una idea obsesiva en cuanto a la alimentación, si no más bien crear un espacio de diálogo donde los niños puedan compartir su idea de buena alimentación sin censurar la opinión de los demás e incorporando poco a poco aquellas ideas más cercanas a los buenos hábitos alimenticios.
Para ello antes de comenzar con el dialogo habrá que fijar con los niños unas normas de comunicación dentro de este:
- Respetar el turno de palabra de los compañeros
- Intentar expresar nuestras ideas sin censurar al compañero
- Respetaremos el orden del diálogo, levantaremos la mano si eso ayuda a organizar un turno de palabra mas claro.

Para comenzar con el diálogo el profesor podría proponer una ronda de preguntas a los alumnos (tal vez empezando por el más tímido) que nos contasen qué tipo de bebidas o comidas toman para desayunar o merendar,  poniendo en común a través de una cartulina algunos de esos alimentos que más nos llamen la atención y que más se repitan entre nuestros alumnos (Coca-Colas, bollería industrial, fruta)para además ir organizándolos en dos tipos de columnas:  “alimentos saludables” y “alimentos poco saludables”.  Si esta estrategia no resulta podríamos traer al aula distintas cartulinas donde en ellas apareciesen alguno de los alimentos más consumidos por los niños, en esta primera puesta en común podríamos preguntar para iniciar el diálogo y enseñando las distintas cartulinas, preguntar cuantos de los niños del aula suelen tomar estos alimentos y con qué frecuencia para ir ordenándolos en nuestras columnas de alimentos saludables y poco saludables.

Una vez organizados estos alimentos en nuestra columna de alimentos saludables o poco saludables podríamos preguntar:

-¿Que tipo de alimentos nos suelen gustar más? Dulces o salados?

-¿Es bueno para la salud comer habitualmente este tipo de alimentación?

-¿Como creéis que afectan los alimentos poco saludables a nuestro cuerpo? Son buenos o malos para la salud?

-¿Como influye a nuestro cuerpo?

Este tipo de preguntas van encaminadas a abrir el diálogo y a intentar que todos los niños participen en él. Prestaremos atención a aquel niño que menos participa, intentando hacerle partícipe en cada pregunta. Podríamos utilizar a medida que se desarrolle el diálogo una estrategia cooperativa donde a través de la pareja de la izquierda puedan exponer la idea que más les ha llamado la atención para luego hacer una puesta en común. Después con su pareja de la derecha. De esta forma podría ser más fácil hacer partícipe al niño más tímido que podría, junto a su compañero, participar en el diálogo. Además facilitar al conformar grupos más pequeños dentro del diálogo situaciones donde le sea más fácil expresarse, relativizando la presión de hablar en grupos grandes e iniciando ese proceso a través de grupos más pequeños hasta lograr la expresión en grupos más grandes. Llevando las conclusiones a las que han llegado a través del dialogo de las parejas a una puesta en común ante el grupo.

 Cada vez que formemos un diálogo de este tipo podríamos tener la figura del ayudante del moderador o el encargado comunicativo. Esta figura ayudaría a propiciar un ambiente en el que todos se puedan expresar con libertad y adecuadamente siguiendo las normas de comunicación dentro del diálogo. Esta figura podría ayudarnos a desarrollar una  estrategia de escucha activa y de respeto hacia los demás no solo para el grupo entero, sino también para la figura que esté tomando el rol de ayudante de moderador. Esta figura podríamos ofrecérsela a aquel niño que molesta e interrumpe todo el rato durante el diálogo. De esta forma propiciaríamos una enseñanza tanto para el grupo como para sí mismo ya que ayudaríamos a interiorizar en el niño las distintas normas del diálogo. Desarrollando una escucha activa hacia los demás compañeros y haciendo que no solo controle sus impulsos de interrumpir sino también controle que los otros niños no interrumpan el diálogo.


Creo que para realizar una evaluación acertada de este diálogo tendríamos que fijar distintos ítems de observación, como: la actitud durante el dialogo (si se han respetado las normas acordadas previamente, interrupciones, actitud de escucha ante los compañeros), por otro lado si las argumentaciones que daban los alumnos venían al caso, la participación por parte de los alumnos (quien ha participado más y quien menos) y si, de manera general se ha comprendido la idea principal del dialogo, en este caso: los hábitos saludables de cuidado del cuerpo.